En el extraño bazar
Del amor, junto al mar,
La perla triste y sin par
Le tocó por suerte a Agar.
Agar, de tanto tenerla
Al pecho, de tanto verla
Agar, llegó a adorrecerla:
Majó, tiró al mar la perla.
Y cuando Agar, venenosa
De inútil furia, y llorosa,
Pidió al mar la perla hermosa,
Dijo la mar borrascosa:
“¿Qué hiciste, torpe, qué hiciste
De la perla que tuviste?
La majaste, me le diste:
Yo guardo la perla triste.” |
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